6 de enero de 2009

JUEGO QUE ME REGALÓ UN 6 DE ENERO

Resulta que a veces por fortuna, casualidad (en la que no creemos), por propia voluntad, o por alguna causa desconocida (urdida quizás por íncubos y súcubos) nos encontramos con personas que marcan nuestras vidas. Algunas pasan casi desapercibidas, otras cobran gran protagonismo. Y si hoy vengo a escribir, es justamente por una de una de éstas últimas.
Hace algún tiempo, en un verano tan caluroso como este pero un tanto más desocupado para mí, buscaba pasatiempos en los que ocupar mis vacaciones. Fue así como llegué a un curioso lugar, donde un grupo de seres despiadados se dedicaban a exprimir los cerebros de sus visitantes. Tuve la dicha de cruzarme en ese lugar con este curioso personaje que ofició de guía y ayuda en la carrera de neuronas rabiosas.
Así comenzaron las charlas nocturnas, primero motivadas por los acertijos, luego por las coincidencias musicales, literarias y hasta radiales (¡querido Dolina!). Poco a poco fuimos adoptando la sana costumbre de sentarnos a "conversar", separados por la virtualidad y las respectivas ubicaciones geográficas, pero cada vez más unidos por los gustos compartidos.
Gracias a él fue que alargué enormemente mi lista de películas por ver, conocí un innovador mecanismo de crear Acrónimos, incluí en mis domingos la sección de La Nación a cargo de Stanko, escuché nuevas canciones (o viejas versiones), comenté libros, noticias o simplemente charlé por el simple gusto de hacerlo.
Probablemente este "homenaje" no llegue ni a sus talones, ni compense en lo más mínimo los millones de sogas que hemos cruzado en innumerables idas y vueltas (siquiera se me ocurre aproximarme con estas palabras al hermoso texto que me regaló una vez para mi cumpleaños, y que sin duda es de los mejores regalos que recibí en la vida), pero a pesar de ser escaso y humilde, no quería dejar de recordarle... o de recordarte, Charles, que nunca se vuelve a escuchar esa canción de la misma manera después de conocerte.

Feliz Cumpleaños, otra vez.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Florcita, hermosa. Te lo deben de haber dicho millones de veces, mirá qué original que soy.

La verdad es que me dejaste sin palabras de la emoción y se me hace que un GRACIAS, aunque en mayúsculas, resulta poco, poquísimo. Y sé de sobra que estos gestos no se agradecen. Habría que inventar alguna fórmula para corresponderlos como es debido. Pero es lo que hay, conmovido y sin palabras no se me ocurre otra.

Mirá que sos linda, Flor, pero no exagero en nada que tu belleza es aún mayor para quien -como yo- tuvo la feliz oportunidad de conocerte de veras.

Un beso.

Andrea dijo...

Es buenísimo cuando pasa eso... yo creo que de todas las personas se aprende algo... algo que podemos disfrutar o alguna enseñanza para el futuro... pero todas las personas que nos cruzamos tienen su fin... aunque en el momento no lo veamos...

Gracias x pasarte por mi blog... rosarinas unidas! jajajaja