14 de febrero de 2007

DESUBICADA

¿Qué quieren que les diga? En alguna parte hubo un error; error de cálculos, error de fechas, error de ubicación, error de persona, error de imprenta... no sé, error al fin.
Se ve que el viento sopló un poco más al noroeste de lo previsto ese día, o la cigüeña (en realidad era cigüeño) se tomó un par de copas de más después de dejar al bebé hermoso de Bahía Blanca que venía en el mismo paquete que yo (si no recuerdo mal, paró en un barsucho de mala muerte en algún lugar poco transitado, pero me dijo que eso correspondía a su hora de cena). Ahora que lo pienso, el papelito que sacó para darle su dirección (casilla de correo gente, en esa época no había Msn y menos celulares) a una garza medio trola que andaba por ahí, tenía algo escrito del otro lado; seguro que era la dirección a la que me tenía que llevar.
La cuestión es que algo pasó, y yo terminé acá... 300 Kms desviada.
No me quejo del todo, es un lindo lugar, y el hecho de haber crecido en esta ciudad hace que yo tenga mucho de ella... y ella también tiene de mí (sí, tiene todas las eses que no pronuncio y unas cuantas historias por contar). Sé que le tengo un amor muy grande, que más de una vez juego a ser turista en sus calles y que me fascino descubriendo nuevos rincones. Sé que me gusta su gente, su color, su rara mezcla de "ciudad mediana" con eso de "pueblo grande", sé que amo su río más que ninguna otra cosa que pueda mostrarme, su fiesta, su simpleza. Es un lugar único, lo sé.
El problema surge cuando empiezo a descubrir que muchas de las cosas que quiero, que necesito, o que me gustarían no están acá, sino allá. Siempre aparece los Domingos, especialmente por la tarde, cuando tengo que conformarme con la tele o la radio. De vez en cuando aparece en la semana, cuando algún mensaje de lo más (in)oportuno me hace extrañar de manera increíble los abrazos que encontré en ese lugar. Más seguido aparece cuando, casi sin querer, tengo alguna conversación "virtual" que termina en unas terribles ganas de sentarme a compartir unos mates. Ni hablar cuando, alguna que otra vez, visito aquél otro lugar y después tengo que volver. Y así se repite, innumerables veces...
Algún error hubo... y nací en el lugar equivocado.


... y vos, si sos de Bahía Blanca y sentís lo mismo que yo, avisame y vamos juntos a buscar al cigüeño ese, que seguro estaba perdido. Por lo menos que lo confiese. ¿No?

8 comentarios:

mE! dijo...

Llegará el momento en que lsa distancias se acorten.
Siempre pasa, todo llega =)

Saludos! !

Alexander Supertramp dijo...

Ah no! Pero ud. quiere la chancha, los veinte, la chicha, la limonada, todo junto!! ¿Como es que se pueden juntar en un mismo deseo la tranquilidad y la quietud (ventaja que tiene estar lejos de "la gran ciudad") y además tener la Avenida Corrientes al ladito, pa mirar obras de teatro todos los días?
Usté quiere vivir en Disney. Así no se puede m´hija.

Suerte!

Anónimo dijo...

No entiendo mucho de que hablan, pero tus palabras me sonaron conocidas... siento haber pasado por esa situación y muchas veces creo que aun sigo así...
Pero como dice Rodrigo, no se puede tener todo... hay que aprender a vivir...

Saludos.. muy bueno el blog

Flor dijo...

Con estar un poquito más cerca me conformaba... hasta 100 Kms no hubieran estado tan mal.

"Y tal vez espere demasiado, quisiera que estuvieras aquí"

Está bien, acepto lo que me toca y seguiré como hasta ahora... acercandome de vez en cuando para volver rápido a mi lugar.

Maru dijo...

Ohhhhh...
Qué no puede darte esta hermosa Rosario?

Flor dijo...

Maru: Rosario me puede dar todo (ya lo dije antes, amo esta ciudad), pero Bs As se está robando partes de mi vida.

wallychoo dijo...

En BSAS estamos Nosotrossssssssss Los massssss Grosossssssssssss jejeje
Sorry , queria exteriorizar mi buen humos de Viernes a la tarde, Besos

Araña Patagonica dijo...

Si te sirve de consuelo, nací y crecí en esta ciudad, nunca me fui y sin embargo, a pesar de amarla, hay veces que siento que no pertenezco a ella y quisiera estar tan, pero tan lejos..
ya se acortaran las distancias, dijo alguien por allá arriba.
un beso