11 de febrero de 2010

FÉNIX

A veces mi sangre se estanca, no circula, no fluye, no avanza. Se me congelan las venas, las arterias, las fibras y los nervios. Una páralisis pétrea se apodera de mí, me atrapa, me asfixia. Mis neuronas narcolépticas se entregan a Morfeo, encantadas.
Pero mi alma, mi testaruda esencia, lucha y se rebela. Enfurecida explota, queriendo destruir y derribar. Su encierro la atormenta, pero no la vence. Muestra entonces toda su energía. Energía que, conforme a los principios de la termodinámica, emite calor al transformarse.
Me descongelo, comienzo a moverme, vuelvo a pensar. Una enorme bocanada de aire expande bruscamente mis pulmones colapsados. Casi como volviendo a nacer.

5 comentarios:

Floripondia dijo...

LO mas lindo te pasa, volver a arrancar, dejando lo malo y feo de lado y arrancando O km :)

Unknown dijo...

Lo más dulce puede nacer
de un infierno devorador,
lo más dulce puede nacer la flor.

Cecis ... funámbula dijo...

lo que sea que escribas, siempre...que lindo lo haces Flor!

Uninvited dijo...

Lo más parecido a un día de furia :)

Flor dijo...

Un día de furia después de muchos días tediosos...