17 de noviembre de 2008

LIMPIEZA

Me estoy poniendo seria, eso definitivamente no me gusta, porque además de seria me pongo triste. O viceversa. No es que pierda el humor, es que a veces me olvido en qué bolsillo lo dejé (y últimamente tengo tantos que es difícil recordar con exactitud lo que guardo en cada uno).
Pasa que las cosas están raras.
Ayer perdió Boca... el Apertura pasado para ese mismo partido yo estaba ahí. Feliz de la vida, como tantas otras veces durante ese 2007 que me hizo sumar miles de kilómetros en la autopista Rosario - Bs As... y además rematando ese Boca - Vélez con un 4-1 inolvidable. Este año fue diferente, apenas pisé ese lugar 1 vez (y es demasiado obvio decir que lo extrañé muchísimo), y encima ayer terminamos 3-2 abajo.
La semana pasada terminé de cursar Clínica. Y ese punto final de párrafo fue también punto final de capítulo. Tan inmediato como interminable se me escapó de la vida el cursado universitario. Lo peor es que arrastró con él a la gente de todos los días, las charlas antes o después de cada clase, los "traeme una promoción: café con leche y 2 medialunas dulces" de cada martes a las 9.30, las comidas en el bar de la esquina de los primeros años (cuando nos hacían vivir semanas enteras en la facultad), las corridas a los hospitales, las colas interminables en las fotocopiadoras (ok, eso no lo voy a extrañar) y tantas otras cosas a las que primero hubo que adaptarse y después se volvieron parte de la cotidianeidad propia de la vida universitaria, casi tanto como el Anfiteatro Central y los seminarios. Cuesta darle el cierre, aceptar que termine así, diferente a casi todos, "sin pena ni gloria", que pase como pasan las cosas que a nadie le interesan y que terminan por caer en el olvido o en el fondo del cajón que nadie abre (que al final de cuentas son más o menos la misma cosa). Y el hecho de que se de así me hace acordar a cosas de antes, a cuando la vida era rara... y fea.
Por eso es que no me gusta ponerme seria, porque seria era cuando la vida estaba fea... y ahora hay muchas cosas buenas, lindas, valorables, memorables y hasta me animaría a decir irrepetibles.
Intento poner el foco ahí, conectarme todas las pilas por el polo positivo (aunque no van a funcionar así, claro), tomar lo bueno y seguir adelante.
A veces me cuesta y mucho. Por eso escribo lo de hoy. Porque escribir a veces es como barrer... barrerse adentro.


(A lo mejor mañana me animo a encerar...)

2 comentarios:

Uninvited dijo...

Barrendero se ofrece pa dotoras que recien terminan de cursar :P

Por lo demás, no te calentés, podés seguir yendo a la cafetería de la facu, podemos quedar como el equipo GRANDE que da un paso al costado para que un equipo recién ascendido gane un campeonato (a los amargos de San Lorenzo que se pongan el poncho que les quepa, jejeje).
No te quedes sin tu sonrisa ;)
Besote dotora :)

ani. dijo...

hola, muchacha!
todo cambia, así hay que aceptarlo, te ponés seria, volvés a sonreir, otra vez seria, unas sonrisas...
hasta la realidad de boca cambió ya ;)
un beso