¿PODRÍAS?

Cómo me gustaría que te quisieras un poco más (un poco más de verdad), que dejaras de pensar que finalmente lograste superar las viejas ataduras. Te molesta escuchar en mi voz las verdades, que vienen a contarte que no fueron superadas, solamente disfrazadas, maquilladas, reformadas para poder entrar en los nuevos espacios, en los nuevos condicionamientos.
Cuánto quisiera que lograras ver que la verdadera felicidad empieza de adentro, y que no se necesita mucho más que uno mismo para alcanzarla, porque al final la cáscara siempre es cáscara y los objetos nunca son más que simple materia inerte, fría, frívola.
Ojalá pudieras valorarte sin necesidad de la adulación permanente del afuera, sin buscar muestras de reconocimiento que dudosamente sean sinceras. Sería todo tan diferente si aprendieras a encontrar la satisfacción en lo cotidiano, en las cosas simples, si pudieras ver la enormidad de cosas que si, en lugar de enfocar constantemente sobre las que no.
Pero se vuelve difícil quebrar una vida de repeticiones, de vivir bajo estos esquemas, de heredar algunas conductas, de haber desarrollado otras. Dificil en la medida en que vos no quieras romperlas, dificil mientras sigas eligiendo testarudamente el mismo camino... el que nunca te llevó a ningún lado.